Nuestra fijación contra el PP es consecuencia inmediata de la condena que nos hizo ese partido que nos considera nefastos y odiosos, ya que en el “franquismo” que condenan no está solo Franco, estamos muchos, entre ellos nosotros. Si nos consideran enemigos, seremos enemigos. Lo que nunca haremos es besar junto a una urna la mano del que te escupe.
Con el PP nos pasa, no ya como a aquel a quien le
traiciona su novia, porque jamás pudo soñar ese partido con tal situación
sentimental, sino como lo que sentimos cuando averiguamos que esa vecina que
parecía amable y discreta es en realidad una puta redomada. La decepción
provoca un visceral rechazo. Nosotros sentimos una especial repulsión ante este
partido y sus principales representantes, que no sentimos por otros.
Nos dicen que el PP es de derechas, aunque ellos nos aseguran que son de centro, pegaditos al agujero del desagüe en el centro del pilón político, pero también nos dicen que ellos representan a la derecha social, y eso sí que es una falacia.
Hubo una época, allá por los años 30, en los que efectivamente se podía dividir a aquella sociedad española en derechas e izquierdas. Recordemos a la CEDA, “Confederación de Derechas Autónomas”. Ser de “derechas” podía costar la vida, al igual que comprar el ABC o tener una imagen del Sagrado Corazón en casa. Hoy estas cosas ya no pasan, y se podría erróneamente calificar de “derechas” a un votante del PP que se considere ateo, partidario del aborto, de los bodorrios de maricas y hasta de la adopción de niños por pederastas consentidos y legalizados.
Nos dicen que el PP es de derechas, aunque ellos nos aseguran que son de centro, pegaditos al agujero del desagüe en el centro del pilón político, pero también nos dicen que ellos representan a la derecha social, y eso sí que es una falacia.
Hubo una época, allá por los años 30, en los que efectivamente se podía dividir a aquella sociedad española en derechas e izquierdas. Recordemos a la CEDA, “Confederación de Derechas Autónomas”. Ser de “derechas” podía costar la vida, al igual que comprar el ABC o tener una imagen del Sagrado Corazón en casa. Hoy estas cosas ya no pasan, y se podría erróneamente calificar de “derechas” a un votante del PP que se considere ateo, partidario del aborto, de los bodorrios de maricas y hasta de la adopción de niños por pederastas consentidos y legalizados.
Hoy, sólo los partidos son de “derechas” o ”izquierdas”,
y se denominan así para saber que son distintos, y no porque tengan los mismos
fines e ideologías que sus ancestros de los años 30. La sociedad ya no lo es
(de derechas o de izquierdas), aunque de forma pasajera se mete en ese bodrio
de la rosa de los vientos políticos cuando vota a éste o a aquél partido, ese
día en que llega el carnaval de unas elecciones. Pongamos un ejemplo para que
se note más claramente nuestra teoría.
Pedro es un funcionario jubilado que con su mujer (llevan
46 años casados, con tres hijos y siete nietos…) vive de su pensión de forma
discreta, trabaja como voluntario en “Cáritas” y pertenece a “Pro Vida” y a una
asociación defensora del Valle de los Caídos, donde paga una cuota simbólica,
porque su bolsillo no da para mucho más. Tienen una pequeña casita en un
pueblecito de Cuenca, que perteneció a sus abuelos maternos (necesitan reparar
las goteras). Es católico practicante y, salvo una votación a “Fuerza Nueva”
hace muchos años, ya no vota jamás. Un observador poco listo diría: “ese es de
derechas, y si me apuras, de la ultraderecha”. Y se quedaría tan satisfecho de
su “perspicacia”.
Ahora hablemos de Jhonatan que entró en la política en
las juventudes socialistas cuando tenía 17 años (hizo su pinitos en una
asociación de jóvenes comunistas con flecos maoístas), medró en el partido y
pronto escaló puestos de responsabilidad siendo senador a lo largo de 22 años.
Alcalde de ciudad importante, Presidente de ésta o de aquella Comisión (una de
ellas a favor del aborto), acaba como “desecho de tienta” (político importante
sin colocar en la política actual) en la Embajada de París. Casado una vez,
arrejuntado tres veces, dos hijos y una hija conocidos (y colocados en
excelentes puestos políticos y de los otros), y varios desconocidos,
posiblemente seis. Posee una finca de 80 Has. en el Ampurdán, un chalet en
Tánger, una enorme casa de campo en la República Dominicana, tres pisos en
Madrid y dos en Murcia ¡ah! y un garaje en Gerona, además de “dineros negros”,
cuya cuantía se desconoce, en la Isla Mauricio. El “perspicaz” diría: “éste es
descaradamente de izquierdas”.
Los partidos políticos actuales, no sólo no representan a
la sociedad sesteante, más que cuando a ésta se le impone la necesidad del voto
en unas elecciones, sino que son una rémora para la buena marcha de un país.
La reconstrucción de España, desde la creación de “Regiones Devastadas” en 1938, no habría sido posible con unos partidos por medio, cada cual tirando para su patio sin importarle lo más importante: el patio de todos los vecinos. Y sin los corruptos y carísimos partidos se reconstruyó España sin ayuda exterior. Somos testigos de la reconstrucción en Madrid entre 1941 y 1950. Indudablemente el desarrollo económico, que los cretinos denominan despectivamente “desarrollismo”, no hubiera sido posible con la rémora de los partidos rapaces, corruptos y sectarios por medio. Con los partidos hubiera sido imposible que España estuviera en los primeros puestos en Construcción Naval, Pesca, Turismo, o que hubiera hecho posible la política de pantanos, de trasvases, algodón, aceros…, que hubiera recreado la automovilística o la de construcciones aeronáuticas... Ni siquiera hubieran sido posibles las pagas extraordinarias, que el miserable Marcelino Camacho, elevado a los altares laicos por esa “derecha” de partidos, quiso eliminar.
La reconstrucción de España, desde la creación de “Regiones Devastadas” en 1938, no habría sido posible con unos partidos por medio, cada cual tirando para su patio sin importarle lo más importante: el patio de todos los vecinos. Y sin los corruptos y carísimos partidos se reconstruyó España sin ayuda exterior. Somos testigos de la reconstrucción en Madrid entre 1941 y 1950. Indudablemente el desarrollo económico, que los cretinos denominan despectivamente “desarrollismo”, no hubiera sido posible con la rémora de los partidos rapaces, corruptos y sectarios por medio. Con los partidos hubiera sido imposible que España estuviera en los primeros puestos en Construcción Naval, Pesca, Turismo, o que hubiera hecho posible la política de pantanos, de trasvases, algodón, aceros…, que hubiera recreado la automovilística o la de construcciones aeronáuticas... Ni siquiera hubieran sido posibles las pagas extraordinarias, que el miserable Marcelino Camacho, elevado a los altares laicos por esa “derecha” de partidos, quiso eliminar.
Y como gallardete de esta “derecha” está el PP. Si
hacemos una relación de todas las bellaquerías cometidas por el PP a lo largo
de su historia, rellenaríamos una biblioteca. Ningún presidente se salva, y
Aznar el peor de todos. Con él se duplicaron los abortos en sus casi ocho años
de mandato; trató de pactar con ETA; pactó con el corrupto Pujol para que a
cambio de acabar abruptamente con la “mili”, recibiera del catalanista apoyo
para esto o lo otro; nos humilló dejándose acariciar despectivamente por Bush,
al que imitaba poniendo los pies sobre la mesa, que aquí se considera una falta
de educación flagrante, metiéndonos en una aventura yanqui con consecuencias
que no vamos a recordar, y de la que su partido salió más que escaldado. Y todo
por salir en la foto con el patrón, ya que otros hicieron lo mismo que él,
intervenir en Irak, pero sin chorradas de acomplejado. Con él y con otros
PPros, desapareció el español en la enseñanza escolar en Cataluña, o se
permitieron las multas a quienes rotulaban sus tiendas en español. Despreció a millones
de españoles, vivos y muertos, al declarar que el “franquismo” fue nefasto para
España. Y para no aburrir, terminaremos citando la eliminación del Museo del
Ejército de Madrid, convertido hoy, en un sector arrinconado de un
irreconocible Alcázar, en un remedo de la “Memoria Histórica”, ley miserable
que ellos aceptan, secundan, obedecen sumisamente y completan con raro
entusiasmo.
Pero no podemos dejar de lado la influencia en el PP del
“lobby gay” (el “lobby” no es homosexual, es marica), que tiene su propia área
en el partido, al aceptar los ayuntamientos (arrejuntamientos) de maricas, o la
adopción de niños por esta tropa.
Estas adopciones son más perversas que los abortos porque
matan el alma de inocentes, los otros “sólo” matan el cuerpo…
Pero resulta que el PP ha encontrado una especie de
"aparecida en un Garabandal laico" en la figura de Esperanza Aguirre, también
considerada por muchos de sus ingenuos votantes como la “Gran Esperanza
Blanca”, la que lava la fea cara de ese partido.
Nosotros no somos de esta opinión, aunque reconocemos que alguno de sus enfrentamientos dialécticos con los PSOEros ha tenido cierto interés. Nada de particular. Porque lo que para nosotros vale, no son sólo sus declaraciones, en las que nos dice que ella odia la “dictadura franquista” (por supuesto que nunca dijo que odiaba al “Frente Popular…), sino por su propia andadura política.
Bajo su mandato, Madrid iba duplicando cada año los abortos, muchos de ellos conseguidos con subvenciones de la Comunidad a Clínicas-Matadero legalizadas; subvencionó una obra de teatro blasfema en el Círculo de Bellas Artes, y ha mostrado un gran amor y simpatía hacia el mundo marica, incluido el aquelarre blasfemo del “Día del Orgullo Gay”, simpatía que jamás ha mostrado a asociaciones cristianas como, por ejemplo, “Pro Vida”. Y últimamente, en compañía de otra PPra de lujo, Ana Botella, la que quiere dedicar una calle o plaza al criminal Carrillo Solares, se luce inaugurando una calle dedicada a la Tatcher.
Nosotros no somos de esta opinión, aunque reconocemos que alguno de sus enfrentamientos dialécticos con los PSOEros ha tenido cierto interés. Nada de particular. Porque lo que para nosotros vale, no son sólo sus declaraciones, en las que nos dice que ella odia la “dictadura franquista” (por supuesto que nunca dijo que odiaba al “Frente Popular…), sino por su propia andadura política.
Bajo su mandato, Madrid iba duplicando cada año los abortos, muchos de ellos conseguidos con subvenciones de la Comunidad a Clínicas-Matadero legalizadas; subvencionó una obra de teatro blasfema en el Círculo de Bellas Artes, y ha mostrado un gran amor y simpatía hacia el mundo marica, incluido el aquelarre blasfemo del “Día del Orgullo Gay”, simpatía que jamás ha mostrado a asociaciones cristianas como, por ejemplo, “Pro Vida”. Y últimamente, en compañía de otra PPra de lujo, Ana Botella, la que quiere dedicar una calle o plaza al criminal Carrillo Solares, se luce inaugurando una calle dedicada a la Tatcher.
Esperanza Aguirre es “Comendadora del Imperio Británico”,
es decir, del imperio que se agarra como una garrapata a Gibraltar en continua
humillación para España, y la que no hace mucho, respondiendo a una pregunta
sobre lo que haría ella si la Marina de Guerra Española entrara en aguas
jurisdiccionales del puerto gibraltareño, dijo la británica: “bombardearía
Madrid”. Esta dama fue la que ordenó hundir al “Belgrano” fuera de las aguas
consideradas zona de guerra (Malvinas), lo que provocaría la muerte de
centenares de marinos argentinos. No olvidemos que el PP consintió, sin mover
un dedo, que la Home Fleet británica fondeara en aguas jurisdiccionales
españolas en la bahía de Algeciras antes de partir para las Malvinas. Total,
“un conflicto distinto y distante…” (Calvo Sotelo, del PP, dixit…).
Tiramos de las cerezas y nos salen por docenas. No
podemos dejar de mencionar la calle que Madrid dedicará a Olof Palme, el sueco
marica asesinado por otro marica, que con una hucha pedía dinero para los
“patriotas vascos” (asesinos etarras) condenados a muerte; o al marxista Salvador
Allende, el santón de derechas e izquierdas, una mala persona a la que su
propio Congreso llamó la atención por sus actitudes pro cubanas y dictatoriales,
pendejo arrejuntado con la “Payita”, lo que no ha impedido que la millonaria
esposa e hijas de Allende vivan abrazadas a su cadáver con raro y rentable
entusiasmo.
Y para acabar de una vez, ahora de verdad, digamos que la
pareja Kike Sarasola-Carlos Marrero, “matrimonio” muy apreciado por la corrupta
clase política, incluidos en una lista de los 50 “gays” más influyentes de
España, ha decidido tener mellizos, capricho que un gobierno del PP les permite
gracias a sus miserables leyes. Hay que decir que las “crónicas sociales” nos
informaron de que los de esta pareja ya son padres de una niña, desgraciada
criatura comprada en Los Ángeles. Las canteras para tallar ruedas de molino se
van a agotar…
Con este panorama, un partido sin ideales ni ideología,
sin política exterior (especialmente cobarde en el tema de Gibraltar), sin
política interior definida, amariconado, corrupto, descristianizado, abortista,
sin memoria, ignorando lo que es patriotismo salvo en chundaratas futboleras,
indudablemente no es de derechas a la antigua usanza, pero sobre todo no merece
que perdamos el tiempo con él. Bueno, con ninguno.
Pues eso, y ¡Arriba España!
ESTRAMBOTE.- Hemos de decir que hemos intentado enlazar
con al PPC, subproducto del partido en zona catalana, para poder dialogar con
ellos, y el fracaso ha sido absoluto. Se blindan ferozmente. Lógicamente tratan
de impedir que podamos echarles en cara su inutilidad como opositores
(presuntos…) de sociatas catalanes y catalanistas. Ejercen perfectamente de
“partido-mulo”, es decir de partido estéril, y viven muy bien en su absoluta
inutilidad.
Von Thies |