«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

martes, 22 de diciembre de 2009

Probablemente, el más bello villancico



Probablemente el más bello villancio de la Historia.
Completamente pos-conciliar (del posconcilio de Trento, por supuesto): compuesto en 1755 por San Alfonso María de Ligorio.
Teología de la buena y una música inolvidable para quien ha vivido en Roma

Bajas desde las estrellas
¡Oh, Rey del Cielo!
y vienes a una gruta,
al frío y al hielo.
Y vienes a una gruta, al frío y al hielo

Oh, mi Niño divino,
te veo aquí, temblando
Oh, bendito Dios!
¡Cuánto te costó el haberme amado!
¡Cuánto te costó el haberme amado!

A Ti, que eres el Creador del mundo
faltaron pan y fuego, oh mi Señor!
faltaron pan y fuego, oh mi Señor!
Querido elegido, pequeñín,
¡esta tu pobreza cuánto me enamora!
Ya que te hiciste amor aún más pobre
Ya que te hiciste amor aún más pobre

Tu scendi dalle stelle
O Re del cielo!
e vieni in una grotta, al freddo e al gelo
e vieni in una grotta, al freddo e al gelo

O bambino, mio divino,
io ti vedo qui a tremar
O Dio beato!
Ah! Quanto ti costò l’avermi amato!
Ah! Quanto ti costò l’avermi amato

A te che sei del mondo il Creatore
mancano pane e fuoco, o mio Signore
Mancano pane e fuoco, o mio Signore
Caro eletto, pargoletto, quanto questa pobreta
più mi innamora
giacchè ti fece amor povero ancora
giacchè ti fece amor povero ancora