«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

viernes, 4 de diciembre de 2009

CAMBIOS EN EXTREMADURA: interesantes reflexiones de Pío Moa

Con motivo de la presentación de mi libro Viaje por la Vía de la Plata, a algunas personas les ha irritado mi afirmación de que Extremadura no había cambiado gran cosa de veinte años acá, salvo en el número de coches. La afirmación requiere sin duda algunas matizaciones. Por "coches" entendía un cierto aumento de la riqueza, visible también en las autovías y otras infraestructuras (que tanto molestan a los nacionalistas catalanes, pues dicen que han sido construidas con dinero que se roba a Cataluña). Pero, en definitiva, estos son simples cambios acumulativos que se han venido desarrollando a partir de los años 60, cuando sí se produjo una evolución mucho más radical: la gente común empezó a tener coches (el mítico "seiscientos"), electrodomésticos, televisores, mucha más gente accedió a la enseñanza media y a la universidad, que empezó también a masificarse, con sus pros y sus contras. Decenas de miles de personas que vivían en un campo que no podía sostenerlos tuvieron la suerte de poder emigrar a las ciudades donde encontraban empleos mucho mejor pagados (un tópico "progresista" siempre ha presentado la emigración como una tragedia, cuando fue una gran fortuna para la mayoría: la tragedia era la de la república y antes, cuando ni el campo daba para más, ni en las ciudades se encontraba trabajo). Aquellos cambios fundamentales fueron los que sentaron la base sobre la que se ha seguido desarrollando la región de forma ya casi espontánea.

Pero hay, naturalmente, otros cambios bien visibles y no tan agradables, desde que recorrí Extremadura de sur a norte hace poco más de veinte años. El botellón, que ya empezaba entonces, se ha extendido mucho más. Ha crecido el alcoholismo, sobre todo entre los jóvenes, así como la circulación de la droga y la delincuencia. Las familias se han desestructurado bastante más, con sus consecuencias de malos tratos, hijos mal atendidos o criados en familias con un solo progenitor, etc. No sé cómo irá el número de abortos, divorcios, embarazos de adolescentes o enfermedades de transmisión sexual, pero me extrañaría que fueran al revés que en el resto del país, donde no cesan de aumentar. La impresión es de más ruido, estruendo y aturdimiento en las fiestas y no solo en las fiestas: he podido comprobar en varios pueblos cómo es difícil dormir por esos ruidos nocturnos supuestamente musicales, sobre todo los fines de semana, que en cualquier país civilizado están estrictamente prohibidos. Hay sin duda más estudiantes, pero en cambio ha bajado notablemente el nivel intelectual de la universidad (con las excepciones de rigor), y también se ha extendido notablemente la pornografía. Ha aumentado mucho el número de funcionarios, sospecho que en mayor medida de lo necesario. En ciertos ambientes se han resucitado artificialmente antiguos odios que llevaron a la guerra civil, a base de falsear constante, deliberada y subvencionadamente la historia. Hay muchos más antifranquistas ahora que ya no existe el franquismo. No sé cómo irá el índice de suicidios, pero imagino que al alza también.

Estos y otros son indicadores de salud social. A mí me parece que indican un cambio a peor, pero, por lo que se ve, son muchos los políticos y otras personas que los ven como una mejora, incluso como una "modernización" o "liberalización" y procuran estimularlos por todos los medios, usando para ello el dinero de todos, el dinero público, que, según una pensadora socialista "no es de nadie".

Claro está que esta clase de "modernización" no es exclusiva de Extremadura, sino que ocurre por todo el país, y quizá esta región vaya incluso algo más "atrasada" que otras. Supongo que los extremeños tendrán que decidir si ese es un buen camino o no.

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/archivo-2009-11.html