«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

jueves, 30 de octubre de 2008

SEGUNDO AVANCE DEL INFORME OFICIAL (III): Mérida, Santa Marta y Talavera la Real

Mérida (prov. Badajoz)
Hasta la entrada de las fuerzas libertadoras cometieron las turbas rojas en este pueblo DOCE ASESINATOS. No realizaron otros crímenes, entre los innumerables que tenían proyectados, por creer que esta Plaza no seria tan prontamente tomada por el Ejército. Por la misma razón, solamente sa­quearon unas seis o siete casas particulares antes de su huida.

Las detenciones de gente de orden llegaron a unas ochenta o cien. Entre las distintas vejaciones de que fueron objeto estas personas debe citarse por su crueldad la obligación impuesta a los presos, bajo pena de muerte, y du­rante las horas de más calor, de cavar las fosas en que luego habrían de ser enterrados, no llegando a realizarse este criminal propósito por la oportuní­sima llegada del Ejército. Fueron sin embargo asesinados por los rojos antes de su huída, los vecinos don Francisco López dc Ayala y de la Vera, don Antonio Ma. Fernández Domínguez, don Mario Balanzategui, don Manuel Herranz, don Federico Manresa, don Antonio Pardo, don Mateo Durán, don Antonio Rodríguez, don Victoriano Pacheco, don José Tabares, don Juan del Río y don Antonio Díaz. Todos fueron fusilados sin formación de causa, y enterrados en los lugares mismos donde les ejecutaban, o sea en las eras del pueblo y proximidades del Cementerio. Posteriormente, cuando fueron trasladados los restos de estas víctimas al Camposanto, pudieron apre­ciarse mutilaciones en algunos de los cadáveres.

Dan testimonio de estos hechos D. Narciso Rodríguez Ramírez, actual presidente de la Gestora, y D. Carlos Jaque Amador.

Santa Marta (prov. Badajoz)
Durante el periodo rojo fueron detenidos en este pueblo ciento catorce varones y nueve mujeres, personas todas de orden. Seis de estos detenidos, ellos el Cura párroco y el Secretario del Ayuntamiento, fueron objeto te su cautiverio de malos tratos, siendo golpeados con porras y otras contundentes con verdadero ensañamiento, a tal extremo que el detenido D. Urbano Gámiz, que antes de su entrada en la Cárcel había perdido la vista de un ojo, quedó ciego a consecuencia de un golpe recibido en el que tenía sano. Se cita también, para demostrar la crueldad de los dirigentes ­marxistas en este pueblo, que un guardia civil, herido por las turbas el día 10 de Agosto, fue trasladado al Hospital y allí atado a una cama de pies y manos, en cuya posición le encontraron las fuerzas del Ejército que liberaron a este pueblo.

La madre del Jefe de Falange D. Julián González Rodríguez, fue asesinada a tiros cuando llevaba la comida a su hijo, detenido en la Cárcel, que­dando en la vía pública el cadáver de la infortunada señora, que contaba setenta y tantos años de edad.

El resto de los detenidos se salvó milagrosamente por la inesperada llegada ­del Ejército que puso en precipitada fuga a los rojos.

José Tovar Fernández da testimonio, por haberlos presenciado, de los tratos dados a los detenidos, siendo testigo de referencia de los hechos acaecidos D. Manuel Sampelayo Tovar.

Talavera la Real (prov Badajoz)
Durante el mando de las turbas rojas en este pueblo se cometieron VEINTE ASESINATOS, a más de innumerables saqueos en los domicilios de las personas de orden.

En la noche del 18 de Julio comenzaron las detenciones arbitrarias, siendo el vecino Jesús Pertegal el primer encarcelado y deteniéndose hasta unas cien personas más. Todas ellas fueron encerradas en el calabozo del Ayuntamiento, comenzando así sus suplicios. El mencionado calabozo, de área reducidísima, y capaz sólo para contener quince o veinte reclusos, fue ocupado por los cien detenidos, que apenas podían respirar, y que estaban completamente hacinados y estrujados unos contra otros. Conforme entraban en el calabozo, tenían que pasar entre una doble fila de jóvenes bárbaros marxistas, quienes, provistos de sendas porras de cabeza metálica, golpeaban sañudamente a los detenidos; uno de éstos cayó al suelo desvanecido a causa de los golpes. Al cabo de unos días, y previa la liberación de unos cuantos de estos infelices, trasladaron al resto a la Ermita de San José, y el día 4 de Agosto por la noche libertaron a todos, excepto los siguientes: Isidoro Durán, Antonio Salguero y Salguero, Ramón Juez Fernández, José Ardila Crespo, Regino Gómez Ordóñez, Ramón Ordóñez Ardila, Juan Ordóñez Ardila, Fidel Martín y Martínez, Antonio Villalobos Viscar, Teodoro Ardila Barrera, Rafael Fernández Díaz (Sacerdote), Juan Matías Martínez, Ma­nuel Melchor, Jesús Pertegal Cortés, Juan Riera Arillas (Juez municipal), Miguel Doncel Villalobos, Antonio Doncel Villalobos, José Basago Durán, Agustín García Sierra y Francisco Anaya y Anaya. Pasaron éstos nuevamente al calabozo del Ayuntamiento, donde sufrieron diariamente dos o tres pa­lizas, hasta el 13 de madrugada, y este día, atados de dos en dos, fueron lle­vados a las afueras del pueblo y allí muertos por descargas de fusilería y es­copetazos.


Tomado de: Segundo avance del informe oficial sobre los asesinatos, violaciones, incendios y demás depredaciones y violencias cometidos en algunos pueblos del Mediodía de España por las hordas marxistas al servicio del llamado Gobierno de Madrid. Julio, agosto y septiembre MCMXXXVI, Estado Español, [Burgos]?, 1936, pp.