«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

viernes, 30 de enero de 2009

LA ESCUELA DE ZP Y LA RESPUESTA DE LOS CATÓLICOS

HE DICHO Y LO VOY A CUMPLIR QUE NO PIENSO ESCRIBIR NINGÚN ARTÍCULO SOBRE EL ASUNTO DE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA A EpC PORQUE ME PARECE QUE ES UN DEBATE MAL PLANTEADO. PERO HE LEÍDO ESTO Y ME HA GUSTADO:

OBJECIÓN EpC
Seguimos dando vueltas a la controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y creo que va para largo y será al final cuando podamos sacar conclusiones de verdad.

El problema tiene dos vertientes: individual y colectiva. Pero la concepción del mismo, desde la óptica militante del que quiere resolverlo, sólo puede ser tomada en sus causas. Se equivocan, y luchan en balde, aquellas buenas gentes que frente a este tipo de trances intentan sofocar a toda costa las consecuencias y se olvidan del origen. Porque la metástasis sólo se combate localizando el cáncer y acabando radicalmente con él. Si logramos la objeción con Educación para la Ciudadanía, ¿algo habrá cambiado en los colegios? ¿Serán mejores y más libres nuestros hijos? ¿Saldremos de los porcentajes abrumadores en fracaso escolar? ¿Tendrán una formación integral, basada en los valores y principios inmutables?

El sistema. Todo el sistema, sus cimientos y raíces, es el origen y la causa primera. El entramado que legitima, si así lo decide la mayoría, una guerra injusta en Irak, un genocidio permanente de niños o costear con dinero de todos a los maricones, sus fiestas y sus amputaciones.

La milicia católica no está llamada a reponer los parches repugnantes de un sistema horrendo sino a combatirlo hasta derribarlo para construir una nueva civilización, del ayer y del mañana, basada en el sacrificio y el amor, el trabajo y la justicia, la Verdad, la Patria y la Fe.

Hay que objetar. Por supuesto. Pero no sólo a EpC, sino al sistema entero. Hoy más que nunca, necesitamos el doble filo de la espada. A diestro y siniestro.

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