El canónigo extremeño había nacido en Villasbuenas de Gata (provincia de Cáceres y diócesis de Coria-Cáceres) en 1894. Fue ordenado sacerdote en 1918 por don Ramón Perís Mencheta. En 1919 fue nombrado coadjutor de Cilleros y poco más tarde de Brozas. En 1920 el obispo don Pedro Segura le destinó a la capellanía del colegio de religiosas Carmelitas de Cáceres y al año siguiente le nombró su capellán caudatario. Al lado del Obispo colaboraría en sus actividades apostólicas por toda la diócesis de Coria. Desde 1921 fue designado profesor del Seminario y desempeñó diversos cargos en la Curia diocesana. Con ocasión del traslado de don Pedro Segura a las Archidiócesis de Burgos y Toledo, don Fausto Cantero le acompañó y en 1930 fue nombrado beneficiado de la Catedral de Toledo y capellán del Real Monasterio de Santa Clara.
El 23 de julio de 1936 fue detenido y permaneció en prisión donde edificaba a todos por su temple, por su serenidad y su impavidez. En la noche del 23 de agosto fue fusilado junto a otros setenta seglares y sacerdotes. Un avión nacional había logrado situarse a escasa altura sobre el patio central del Alcázar y dejado caer con éxito un saco de víveres y un mensaje alentador. En cambio, un intento de la aviación roja para bombardear la fortaleza tuvo fatales resultados para los sitiadores al caer las bombas extramuros de la fortaleza. La reacción no tardó en estallar. Aquella misma noche era asaltada la cárcel por turbas de milicianos que se hicieron cargo de las listas y fueron nombrando a los presos:
Atados de dos en dos, la fila se iba alargando; una vez terminada la operación preliminar, se descorrieron los cerrojos carcelarios, y entre las sombras de la noche, en procesión dantesca que rezaba el rosario y cantaba himnos religiosos, fueron llevados los detenidos por el paseo del Tránsito y San Juan de los Reyes hasta la puerta del Cambrón. Aquí se dividió el grupo. Unos quedaban en la parte exterior de la puerta, los otros son apostados en la Fuente del Salobre. Frente a los grupos hay unas ametralladoras preparadas y varios automóviles, con cuya luz se ilumina macabramente aquella escena...(Juan Francisco Rivera, La persecución religiosa en la Diócesis de Toledo (1936-1939), Toledo, 1995, pág. 365).
En la Parroquia de su pueblo natal se le dedicó una lápida con la siguiente inscripción:
A la memoria del mártir don Fausto Cantero Roncero, hijo predilecto de esta localidad y Beneficiado de la S.I. Catedral Primada. Murió por Dios y por la Patria en Toledo, el día 23 de agosto de 1936. Homenaje de este su puebloPara conocer más datos y circunstancias de su vida, puede consultarse la detallada biografía de este sacerdote redactada por D. Diego Marcelo Merino y publicada con el título: Sangre de Mártires, Vida y martirio de un extremeño en la ciudad de los concilios (Fausto Cantero Roncero); Publicaciones del Movimiento, Cáceres, 1954; así como las referencias aparecidas en la página web dedicada a los mártires de la diócesis de Toledo en proceso de beatificación.