«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

martes, 19 de agosto de 2014

MANUEL CHACÓN RODRÍGUEZ: "La otra conmemoración del 15 de agosto"


Murillo: San Fernando
Hoy 15 de agosto [*], festividad de la Asunción de la Virgen en toda España, en que celebramos los egabrenses la romería de Votos y Promesas, y los mencianos la verbena del Día de la Virgen en la emblemática Calle Llana (la más antigua de la población), es el aniversario de la reconquista de Cabra y comarca por parte del rey Fernando III de Castilla, hecho histórico (aunque poco conocido por los actuales egabrenses) que aconteció al parecer pacíficamente y por capitulación, aunque bajo evidente presión militar, en el año 1240.
 
Decisivo para ello fue que, cuatro años antes, había vuelto a manos cristianas, tras meses de asedio, la ciudad de Córdoba, la antigua capital de la Bética romana y visigoda, después de algo más de cinco siglos en poder musulmán. Se fundó así, en 1236, el Reino de Córdoba, dentro de la Corona de Castilla (cuyas fronteras son aproximadamente las de la actual provincia), a cuyo frente como representante del rey quedó Alvar Pérez de Castro, impulsándose la Reconquista desde entonces y durante el lustro siguiente, en lo que hoy es nuestra provincia, de forma rápida y definitiva.

Este caballero castellano (cuya esposa vizcaína Mencía López de Haro daría nombre al municipio de Doña Mencía) desempeñó un importante papel militar y socio-económico en la consolidación del territorio cordobés, ya castellano o en vías de serlo, fortaleciendo la frontera y repoblando campos y ciudades (una vez expulsada la mayor parte de la población musulmana andalusí) con gentes llegadas “de todas partes de Espanna” (según la Crónica General de Alfonso X el Sabio), provenientes mayoritariamente de León, Burgos, Asturias, Galicia, Toledo y Navarra.

Tras su muerte, acaecida en 1239 ó 1240 según las fuentes, el rey Fernando III volvió a tierras cordobesas para reorganizar la situación, dando un nuevo impulso territorial al Reino de Córdoba al hacerse, concretamente en el año 1240, con varias poblaciones del sur como Baena, Cabra, Lucena, Aguilar, etc. Concretamente, como ya hemos dicho, Cabra (la antigua Égabro romana y visigoda) lo hizo tal día como hoy.

En paralelo a la historia, y a veces de forma yuxtapuesta, existen diversas leyendas al respecto, entreveradas de historia y mito. Así, siempre se ha transmitido en Cabra de forma oral que un pastor condujo a Fernando III hasta el Picacho egabrense, donde se encontraba oculta una imagen de la Virgen María, escondida por los últimos cristianos egabrenses previos a la Reconquista (mozárabes), probablemente en los siglos XI o principios del XII, época en que tuvieron lugar las últimas campañas de islamización forzosa por parte de almorávides y almohades (es decir, de los antepasados integristas del actual yihadismo). Desde entonces, una vez redescubierta la imagen de la Virgen (cuyo culto está atestiguado en Cabra desde por lo menos el siglo VII), el rey santo castellano Fernando III, la Virgen de la Sierra y nuestra identidad y raíces como pueblo, van muy de la mano. Debemos recordarlo, conmemorarlo y reivindicarlo.

[*] Publicado en Sur de Córdoba el 15-agosto-2014


Manuel Chacón Rodríguez