En las primeras exequias por José Antonio, que se celebraron en Burgos en noviembre de 1938 los coros gregorianos cantaron, entre otras, la siguiente "Aclamación" latina:
DESSIDERATISSIMO PRINCIPI JUVENTUTIS HISPANICAE,
DESSIDERATISSIMO PRINCIPI JUVENTUTIS HISPANICAE,
PHALANGIS MAGNÁNIMO CONDITORI,
SIMUL CUM GLORIOSIS MARTYRIBUS,
QUI PRO DEO ET PATRIA FORTITER MORTEM OPPETIERE;
LUCEM BEATAM, MEMORIAM SECULORUM,
CORONAM DE MANU DOMINI IN PERPETUAS AETERNITATES.
Al deseadísimo príncipe de la Juventud española, al magnánimo fundador de la Falange, que conjuntamente con muchos mártires gloriosos ofreció valerosamente su muerte por Dios y por la Patria, séale concedida la luz de la Bienaventuranza. El recuerdo de los siglos y la corona de manos del Señor por toda la eternidad"
Al deseadísimo príncipe de la Juventud española, al magnánimo fundador de la Falange, que conjuntamente con muchos mártires gloriosos ofreció valerosamente su muerte por Dios y por la Patria, séale concedida la luz de la Bienaventuranza. El recuerdo de los siglos y la corona de manos del Señor por toda la eternidad"