«M. Proudhon ha escrito en sus Confesiones de un revolucionario estas notables palabras: "Es cosa que admira el ver de qué manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siempre con la teología". Nada hay aquí que pueda causar sorpresa, sino la sorpresa de M. Proudhon. La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas» (Donoso Cortés).

viernes, 26 de junio de 2009

SOBRE LA UNIÓN DE CRISTO "EN CIERTO MODO" CON TODA LA HUMANIDAD

Nos contentaremos con remitir al doctor Angélico. Santo Tomás escribe que:

1.- La persona del Verbo divino asumió una naturaleza humana individual: assumpta est in individuo quia assumpta es ut sit in individiu (la naturaleza humana fue asumida por el Verbo en condiciones de individualidad porque fue asumida para subsistir en una persona individual) cfr. Summa Theologiae III, q.4, a.4

2.- La persona divina del Verbo no se encarnó en todos los individuos de la naturaleza humana (es decir, no "se unió a todo hombre") Y ello por tres motivios.

a) Porque de haber sido tal el caso, al ser la persona divina el único sujeto de la naturaleza humana asumida por el Verbo encarnado, se habría eliminado la multiplicidad de los sujetos que es connatural a dicha naturaleza humana.

b) En segundo lugar, se habría aminorado la supremacia absoluta del Hijo de Dios encarnado sobre la humanidad entera, porque si hubieran sido asumidos por el Verbo todos los hombres, tendrían todos Su misma dignidad; pero Él por el contrario, es el primogénito entre muchos hermanos (Rom 8, 29) según la naturaleza humana, igual que fue engendrado antes que toda criatura (Col 1,15) según la naturaleza divina.

c) Por último, convenía que a la única persona divina encarnada le correspondiese una única naturaleza humana asuminda: como se encarnó un único sujeto divino, de igual manera se asumiría una sola naturaleza humana para que de ambas partes se hiciese la unidad (S Th III q.4 a.5)

Tomado de: SI SI NO NO (EDICIÓN ESPAÑOLA): número 201; abril-2009